# DE VISITAS

Panamericana Sur

Un viaje desde Bogotá (Colombia), hasta Buenos Aires (Argentina) a bordo de tres Kawasaki KLR 650.
Los pilotos, mi padre y mi tio.
En este viaje la ruta es cosa de cada día.
Y como es imposible preveerlo todo, ninguno aseguro estar listo para arrancar.

Con cariño. -->



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ENTREVISTA TERRA TV

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Conclusiones de viaje

lunes, 19 de octubre de 2009

Día 60 Bogotá YO, YA NO SOY YO...




La ciudad:


En algún blog, estando en algún país, me preguntaba cuándo me adaptaría a la movilidad. A esto mi hermana me respondió: Cuando te adaptes al estatismo.  Ahora cuando paramos de rodar pienso que algo de nosotros se quedó en la carretera, un filtro opaco, un difusor de realidades. Es difícil decir con certeza cual era el filtro, cual es la parte de nosotros que dejamos, pero hay algo en la percepción de la realidad que se alteró. Ya no vemos el mundo igual, Bogotá ya no es la misma. Este fenómeno me ha dejado pálido. Después de tanto desear volver a casa, abandonar los hoteles, abandonar el asombro para recuperar un poco de costumbre he abierto la puerta de mi apartamento y descubrí que estaba más lleno que de costumbre, y así estaba la ciudad. Llena de preguntas y vacía de respuestas. Preguntas sobre lo que debo hacer. Y así, desorientado, me pregunto: ¿algún día seré capaz de acostumbrarme al estatismo?.
Esta es la introducción de mi último blog. Llegamos a Bogotá en una pieza ¡que gran momento!.
Me queda la satisfacción de saber que disfruto de las peores, pero más hermosas carreteras. En Colombia vive algo de Suramérica que la hace distinta, que nos hace distintos. En sus carreteras se esconde el alma de un país y eso no lo tiene ninguna republica en el resto del continente. Acá el color, los olores y las texturas estallan incesantemente y se mezclan todos para resultar en una paleta que dibuja en mis ojos los paisajes más hermosos. Y esto se vuelve más satisfactorio cuando no eres tu el único que se cree esta tan romantica hipótesis. Es necesario ver el gesto de satisfacción que hacen todos hacia el sur, para entender lo admirados que somos.  Hablan de la gente, de las costumbres, de lo amable que es el Colombiano y de lo seguro que es recorrer nuestro país. Esto no se trata de proselitismo, se trata de sentir la satisfacción de ser un Colombiano al que le dijeron: -¡Tu país es increíble!-, y esto no lo dijo un turista que compró sus pasajes ida y vuelta, lo dijeron en coro los cinco argentinos que recorrieron el continente, en busca de la verdadera Sudamérica.
En este país hay problemas, pero como dijo mi abuela –Si voy a un mercado de penas me devuelvo con la mía-.


Del mister ché.
Leele a mi papa y escribeme porfavor!!!!!!


YO, YA NO SOY YO....


No es este el relato de hazañas impresionantes. Es un trozo de dos vidas tomadas en un momento, en que cursaron juntas un determinado trecho, con identidad de aspiraciones y conjunción de sueños. Fue nuestra visión, ¿demasiado estrecha? ¿Demasiado parcial? ¿Demasiado apresurada? ¿Fueron nuestras conclusiones demasiado rígidas? Tal vez. Pero ese vagar sin rumbo, por nuestra mayúscula América, me ha cambiado más de lo que creí. Yo, ya no soy yo, por lo menos no soy el mismo yo interior.

martes, 13 de octubre de 2009

Día 50 Buenos Aires SIGUIENDO LA LUNA




Sentarse en un café, junto a la avenida corrientes me dice que lo hemos logrado. Llegar a Buenos Aires te deja un aire, valga la redundancia, a satisfacción.
Y es que en realidad toda la estadía en la ciudad ha sido agradable. En principio es necesario afilar la lengua para cortar el carácter argentino, nada de indelicadezas, solo formalidades. Luego debes ponerte a tono con el fútbol, pues, a pesar de ser insufrible para un espécimen como yo, apático al juego del balón pie, el argentino habla de pocas cosas cuando se trata de cortar el hielo, y es incluye deporte y clima. Para este amante del trópico, cualquier predicción climática resulta desastrosa. A mi no me gustan los paraguas, pero acá, cuando el señor del clima dice - ¡a llover!-, el que no saque la sombrilla padecerá la segregación de ser un puntos simple entre miles de puntitos de colores, es decir sombrillas, y mientras camina entre la lluvia alguien en el subterráneo te dirá – ¿Che nene, no viste el pronostico hoy? Y tu con cara silente, mientras tu pelo deja caer las gotas de primavera, volteas la cabeza para decir – En Colombia nos gusta mojarnos-.
Este tipo de encuentros son permanentes sin embargo con agua o sin ella es necesario salir a caminar.
Buenos Aires son dos ciudades, una que se alza al cielo, con edificios de viejas fachadas, donde todo marcha, donde todo baila a un ritmo sincrónico. El compás esta a cargo de los buses, de sus sonoro abrir y cerrar de puertas, del respirar metálico del tren y de los besos de aquellos amantes sin complejos. El tempo esta a cargo de los cafés, del hablar incesante del porteño que da un toque final a la melodía. Esta canción no para nunca, el loop inmanente del respirar bonaerense es una cruel caricia que no te abandona jamás.
El otro Buenos Aires vive fuera, rodea al corazón de la ciudad, lo protege y lo hace en silencio. Todo lo que queda fuera de capital federal es una suerte de provincia, allí la ciudad transcurre tranquila, las calles tienen una relación cercana con el río de la plata, lo quieren y el quiere a la gente, allí entre casas hermosas se respira otro aire, otro Buenos Aires.
Siguiendo la luna llegamos hasta Argentina, y siguiendo la luna llegue hasta el  concierto de los Fabulosos Cadillacs. Contemple como, Vicentico el vocalista, interrumpía una canción para detener una pequeña pelea, y admiré el respeto que generó su actitud frente al publico. Fue como ir a un concierto en el parque del barrio, la gente estaba tranquila, disfrutaba la última reunión de la banda después de su más reciente disolución, en ese lugar hubo, como casi nunca hay, música sin pretensiones.
Así funcionó para nosotros el encuentro con Buenos Aires, ahora 50 días después de haber salido de Bogotá, estamos solos, mi papá regresó a Colombia sin dudarlo, y mi tío siguió viajando al sur. Yo, sigo en la ciudad de la furia...









lunes, 12 de octubre de 2009

Día 42 Córdoba LOS VIEJOS AMORES






Un amigo:

Cada vez escucho más gente frustrada por no hacerlo o que hace el típico comentario "qué bien te la pasas, te la pasas viajando". En un ranking de frustraciones de la gente que se está muriendo creo que no faltan los viajes, los amores fracasados, las distancias amistosas y los talentos no concretados (pintar, bailar, hacer cine, fotos, etc...), No es necesario estar muriéndose para hacerlo.

La sierra es una fantasía en Argentina, acá le llaman montaña a un pedacito de tierra que sobresale de la prominente pampa. Por esto viajamos prevenidos, esperábamos encontrar carreteras que escalan montañas, como las que hay en Colombia, pero nada es como lo pintan.

Llegamos a la casa de Hernando, y allí todos los que lo habitan no hicieron sentir bienvenidos. En realidad Hernando no es nadie, es un pueblo y allí viven los amigos.

En estos viajes te acostumbras a los desamores, pues conoces mucha gente y esa gente te trata bien y lo agradeces, pero también te encariñas, sin embargo la ruta continua y tienes que dejar a esos nuevos amores. Por eso Hernando fue el único reencuentro del viaje.

Nosotros llegamos a Hernando gracias a unos motociclistas que venían de darle la vuelta a Sudamérica, los encontramos en Lima y allí, con una promesa vacía, acordamos encontrarnos en más adelante. Promesas como esas hacemos todo el tiempo, pero ahora, algo nos impulsó a cumplirla.

Llegando a Córdoba, provincia donde se encuentra el pueblo de nuestros huéspedes, hicimos la llamada sin saber si íbamos a generar tanto entusiasmo como lo hicimos en nuestro fortuito encuentro en Lima. Sorpresivamente ellos nos estaban esperando, la promesa no había sido tan vacía y nuestra nueva ruta era Hernando.

En este pequeño pueblo, capital nacional de maní nos sentimos como en casa, de nuevo todo un lugar se dispone a recibirnos.

Manolo Zanini cabecilla del encuentro, organizo una gran comida junto con los 40 y tantos amantes de las motos del pueblo. La reunión con los viejos amores duró hasta la madrugada, al día siguiente seguimos el recorrido hasta el último puerto, el puerto de Buenos Aires.

martes, 29 de septiembre de 2009

Día 41 Rio Cuarto – Córdoba NORTON 500


Visitar la casa del Ché jamás estuvo entre nuestros planes y menos pararnos junto a la motocicleta Norton 500 en la que recorrió el contientne, pero las cosas realmente buenas suceden así.
Entre causas y azares tomamos la ruta menos pensada, pues la nieve nos acorraló, obligándonos a desviarnos por la ruta 36. El mail de un amigo nos había dado una importante información: si hacen el circuito serrano desde San Luis pasarán por Alta Gracia, la casa del Che. Pero nosotros no habíamos hecho el circuito serrano, por lo que las posibilidades se habían mermado. Sin embargo el día, contrario a todos los pronósticos, despejó y un lindo sol nos acompañó en la travesía.

Rodamos por lindos pueblos argentinos hasta llegar al valle de Calmuchita donde nos detuvimos a almorzar. En el lugar nos recibió el dueño, hombre amable que nos mostró las fotos de todos sus reconocidos clientes, entre las cuales estaba un venezolano que había llegado hasta allí a pedal, es decir, en bici, pero no en cualquier bici, una con carrocería.
Todavía no es momento de sacar conclusiones, pero es fácil deducir que nosotros no somos los más valientes, hay otros, como el venezolano que asumen aventuras con un nivel de dificultad mucho mayor. Evidentemente no se trata de competir por cual hace el mayor numero de idioteces, pues siempre habrá una forma más compleja de hacerlo. Sin embargo saber que el Che recorrió argentina en un motociclo y luego Sudamérica dos veces me hace pensar en mi propia motivación y en la de los demás para asumir retos de ese calibre.





Día 40 Mendoza a río cuarto PRIMAVERA CON NIEVE


La primavera es una época ambigua y fue necesario desplazarse, no se cuantas latitudes, para comprobarlo. La nieve atacó nuestros cascos sin clemencia. Nieve producida por un frente frió que abrazó Argentina, y dentro de Argentina estamos nosotros.
En un día debíamos haber alcanzado la Capital de Córdoba, pero el mal clima nos ha dado a cambio paisajes increíbles dibujados sobre nubes y nieve.
Nos hemos retrasado de nuestro itinerario inexistente.

Día 38 Mendoza LOOKING FOR THE WINE LANDS


El silencio de Mendoza no tiene precio. Es difícil decir con certeza cual fue la fuente del ruido durante todo viaje, pero justo en Mendoza se detuvo.
Mendoza fue amable, y la bienvenida estuvo a cargo de un club de motos, que al divisar las naves atracando el puerto, nos invitaron a escuchar el ruido de la noche mendocina.
Caminamos por la ciudad sin rumbo, durante los tres días que dormimos escuchando su callado forma de hablar. Estuvimos en sus parques, en su parquecitos, en sus bares y en los cafés, tomamos de su vino, tomamos todo lo que pudimos, tomamos del vino que sirven en casa.







miércoles, 23 de septiembre de 2009

Día 36 ARGENTINA SE ESCONDE DETRÁS DE LOS ANDÉS




Cruzar los andes es una costumbre en Colombia.



Este es el país de los ÚLTIMOS: este es el último país, luego será la ultima ciudad, la ultima recarga de gasolina y, hoy pasamos la última aduana, y como ya es costumbre, el riesgo de ser deportados fue inminente.


Con un tobillo lastimado crucé los Andes; por nevados, vientos helados, y un cortante viento transporte mi peste, una gripa que parecía porcina. En este paupérrimo estado coronamos la aduana argentina, ubicada a 3400 MSM.

El trafico es permanente entre estos dos países y la paranoia Chilena es la gestora de interminables filas, así reza el aviso: -está prohibido cruzar frutas y componentes orgánicos- Y a la gente le gusta llevar una frutita pal soroche, por lo que se decomisan diariamente supermercados enteros.


Mi peste tampoco le agradó mucho a los chilenos por le que me ha tocado esconderme para evitar ser puesto en cuarentena. Logrado el objetivo he trasladado mi virus a este país.

Argentina se esconde detrás de los Andes, bajo los nevados y entre los viñedos, allá está Mendoza.

Cada vez más Australes.

Día 34 Valle nevado ADAPT OR DIE




El mundo es un lugar hostil y si no te adaptas mueres. Un nuevo ecosistema, luego de sortear mares, kilómetros de ruta, y otras dificultades llegamos a Valle Nevado, un centro de Sky ubicado entre una serie de montañas, todas vecinas de la reconocida Aconcaua. Allí fue necesario adaptarse a las condiciones, y esto significó aprender esquiar en la nieve.




Hoy este principiante logró deslizarse con estilo por todo el colorado, yo parecía un montañés nato. Pero mi destreza se venció, justo cuando intenté hacer lo imposible, saltar la rampa.



Nuestro neófito instructor y taxista, quien se ofreció muy amablemente a enseñarnos el arte del sky, me había dicho ya – saltar es complicado, eso ni yo ¡cachay¡ -.

Yo ya había cumplido mis horas de nieve, mi salida triunfal era inminente, buzos, sky de agua, motos y ahora nieve.


Pero fui ambicioso y pague el precio.

- Papi me voy a deslizar una última vez y nos vamos -, más juguetón que un niño en una feria, tomé los esquís, raudo y veloz me dirigí al pasa nivel, y en lugar de detenerme en la estación amater, seguí confiado a las rampas de los profesionales que había contemplado toda la tarde.





Me dispuse a atacar la nieve, canchero tome los bastones y me impulse cuesta abajo. Al llegar a la rampa me elevé por los aires, y me dispuse a retomar el suelo, pero la gravedad no fue amable. Mi cuerpo tomó una dirección y el esquí izquierdo otra, el tobillo pago las consecuencias del desacuerdo.





Con algo de dolor retome la pista 400 metros abajo.
Finalmente no sucedió mucho, un pequeño desgarre que arruino un par de noches.

El mundo es un lugar hostil y si no te adaptas te mueres, eso implica aprender a utilizar las herramientas.



El caballo ya se adaptó.

Día 32 Viña del Mar CADA VEZ MÁS AUSTRALES





Caminando esa mañana en Viña del mar, llegamos, por coincidencia a la calle Vicuña Mackenna. Tomamos un par de cuadras al sur y llegamos 199 años después a la avenida que lleva el nombre del libertador. Chile se prepara para su bicentenario, pero hoy solo le resta vivir la fiesta de cumplir uño más, uno antes de los 200.

La cuidad esta inundad de rojo, blanco y azul, a si mismo, nuestras motos han sido adornadas para la ocasión.


Las calles en Chile y Perú son un monumento permanente a los padres de la patria y hoy es un honor transitar por ellas. Vicuña Mackenna, Américo Vesupucio, y el mismo San Martín, todos se repiten, en cada pueblo, y en cada cuidad, esperando que sea suficiente mencionarlos para que su ideales no sean olvidados.



Así en medio de la fiestas abandonamos nuestra condición de turistas, entramos a la famosa “enramada”, comimos chorizo, empanada y chicha. Jugamos en la ruleta, lanzamos la bolas y nos mareamos en el carrusel.

Quedan muchas cosas fura de este texto, de hecho queda todo excluido. El olor de la feria, el sabor, el frió, y lo viva que esta Chile 199 años después de haber sido liberada.



jueves, 17 de septiembre de 2009

Día 30 EL VECINO DE NERUDA



Hoy quise ser vecino de Neruda, quise haber crecido en Valparaíso, quise no sentir el extrañamiento de ser un viajero, hoy quería ser un local.

No deja de quedarme un extraño sabor en la boca, un sabor tibio, un tinte de insatisfacción. No me puedo quejar, y no me quiero quejar, cada instante de este viaje es alucinante, pero esa sensación la deja un muro.

Entre cada país y yo, hay un muro, entre cada cuidad y yo, hay un muro y ese muro esta construido del resistente material de la rutina. No se necesita ser chileno, o peruano para destruir el muro, solo desaparecer tu condición de viajero. Para el turista se a dispuesto una ciudad al margen de la ciudad, pues aquellos que habitan en las ciudades no sienten la presencia del turista, circulan por las mismas calles pero no se tocan, el uno es invisible para el otro.

Hoy estuvimos en Valparaíso, justo al lado de Viña del Mar, una ciudad linda, donde vivir frente al mar parece no ser un privilegio.

En Valparaíso visitamos la casa de Pablo Neruda, parecía un tipo normal. Una casa frente al mar, llena de cosas de un ser humano corriente, en un barrio corriente. Fue un encuentro interesante, pues todas las cosas que habitan la casa hablan de Neruda, su comedor, su cuarto, todo fue hecho por el y dice cosas de el, por un momento abandonó, para mi, su trabajo de poeta y político, para ser el anfitrión de su espacio.

Hoy quise ser vecino de Neruda porque pensé que abandonar los hoteles y vivir en una casa sería una sensación agradable. Porque de repente eso me acercaría a la gente y podría, quizás, derrumbar el muro.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Día 30 PERFECCIONANDO LA TÉCNICA DE LAVAR ROPA A MANO



Ahora entiendo porque la empleada se toma tanto tiempo lavando las cositas que se deben lavar a mano. Esto no es un homenaje a las ayudantes del aseo en casa, el homenaje lo hice hoy lavando mi ropa.

Llegamos a Viña del Mar, el frió del invierno se me ha metido entre los huesos. La primavera aun es una ilusión. La cadena de mi moto se ha salido del plato hoy, le hemos dado tensión y de nuevo a la pista.

Ese paisaje estéril que había acompañado mi retrovisor a lo largo de todo Chile hoy desapareció y fue reemplazado por un verde color aceituna. Este es el Chile que cultiva. Carlos se refería a la gente del sur Chileno como “Lechugueros” y los lechugueros tienen una autopista de doble calzada para transportar sus lechugas en muy poco tiempo.

Hay detalles que hablan bien de un país. Carlos dijo, muy enérgico aquel día, que los del sur tenían unas grandes carreteras y que los del norte no tenían porque no movían la cantidad suficiente de gente. Para él, y todos lo chilenos del norte la autopista doble calzada parece una necesidad y un derecho. En Chile la cobertura de salud es absoluta, no tiene deuda externa y por el contrario almacena millones de dólares en el exterior.

Un país en estas condiciones puede darse el lujo de discutir por una doble calzada, puede desearla, porque todo lo que es deseable para nosotros es una realidad en este país. Eso no quiere decir que sea mejor, para mi, Colombia es mil veces más divertido, y he aprendido a bailar entre el desorden. Sin embargo hay detalles que hablan bien de un país, como por ejemplo que la gente pueda discutir por lechugas en camiones.